2 Octubre 2010 - Puigsacalm

Llegada a Vidrà donde aparcamos el coche e iniciamos los preparativos, cambio de ropa y ajustes de la bici.
Antes de salir del pueblo repasamos la ruta en un mapa que nos encontramos en la plaza; allí vemos que hay que seguir dirección Coll de Ciuret, antes pasando por Santa Llùcia para llegar al Pla Traver, la collada de Sant Bartomeu i el Puigsacalm.
Después deberíamos regresar por la ermita de Sant Bartomeu de Covildases.
 
Preparativos y mapa

Salimos dirección Coll de Ciuret, enseguida se hacen visibles las primeras rampas, hay que superar un par de horquillas para salir del bosque y abrirse entre los árboles la visibilidad de las casas de Can Pubill y Santa Llùcia.
 Primeras rampas - Santa Llùcia
 
La subida se acelera en duras horquillas que van superando las casas hasta perderse en el fondo del valle. Tras una larga recta se deja la carretera que siga ascendiendo y nos desviamos a la derecha, hasta alcanzar el Coll de Ciuret.
No pasamos mucho más allá de las casas del pla de Traver, cuando la niebla nos impide una buena visibilidad, primeros titubeos y dudas de qué ruta seguir.

 
Las dudas de la ruta a seguir


            La espesa niebla



Finalmente seguimos por intuición, por la carena de la montaña, pero no estamos seguros de llevar buena dirección; nos adentramos en bosque e incluso nos hace circular con la bici a los hombros.



En un claro del bosque divisamos en el fondo del valle una ermita y no hay manera de situar al Puigsacalm.

Desistimos llegar a nuestro objetivo e iniciamos un descenso a través del bosque, a veces sin camino, todo encaminado a llegar a la ermita desde donde suponemos que hay camino.
Pasamos un ganado de vacas, pasamos las casas de Sant Bartomeu y llegamos a la ermita del mismo nombre, donde hacemos una parada para comer rodeados de vacas (a veces muy cercanas).
 Sant Bartomeu de Covildases


        Comida entre vacas


Y retornamos a Vidrà por el camino que llega hasta Sant Bartomeu, va descendiendo y adentrándose en un precioso bosque al cual acompaña en su parte inferior el río.
Tal vez haber subido por esta zona hubiese sido un acierto, el paisaje se podría haber saboreado mucho mejor que no en descenso donde la velocidad apenas permite desviar la vista un segundo.

          El bosque y el río

Sin acabar el bosque, pasada una serrería de madera, se llega de nuevo a la carretera de asfalto y en ligera subida se alcanza de nuevo Vidrà.

Llegada a Vidrà
 

Recorrido